Llega el verano, nos vamos de vacaciones, salimos con el coche y nos enfrentamos a altas temperaturas, al calor asfixiante de la carretera y si encima se nos calienta el coche, nos arriesgamos a sufrir un incendio.
Hay que tener en cuenta que en el motor hay muchos líquidos inflamables, por lo que la mezcla de algunos de ellos podrían ser motivo de un incendio, por eso se debe mantener impecable todo lo que sea manguera y bombas, pues una grieta en cualquiera de ellas podría ocasionar un incendio en tu auto.
Uno de los elementos más importantes que debemos llevar en nuestro vehículo es el extintor (aunque la Ley de Seguridad Vial no lo exige en los turismos, resulta altamente recomendable). No solo puede aminorar los daños materiales, sino que puede llegar a ser una pieza fundamental para salvar la vida de las personas si nos encontramos con un siniestro en la carretera.
Usaremos el extintor en los primeros minutos de un siniestro o de cualquier conato de incendio; comprobaremos que los daños tanto personales como materiales serán menores.
Los extintores idóneos son de 1, 2, o 3 kilos, porque ocupan un espacio muy reducido y podemos colocarlos en cualquier hueco del habitáculo, incluso debajo del asiento del conductor. Otra opción es colocarlo en el maletero, de manera que esté siempre en un lugar accesible del mismo, para poder actuar rápidamente en caso de tener que intervenir.
Aunque no haya sido utilizado, es muy importante revisarlo periódicamente para comprobar, entre otras cosas, que no hay pérdida de presión. Al igual que en el resto de extintores, las revisiones se han de realizar anualmente y, cada 5 años, proceder al retimbrado.
